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El cuerpo etérico de nuestro planeta:

la sutil energía vital – la luz

Desde el punto de vista esotérico, la Tierra esta rodeada de una sutil esfera de luz o campo energético que penetra todo lo solido y anima todas las cosas.

Este campo energético recibe el nombre de cuerpo eterizo del planeta y en el actúan las energías del Logos Planetario.

Cada uno de nosotros tiene un cuerpo etérico mediante el cual esta conectado al Todo. Este cuerpo, que también se llama cuerpo vital y que penetra en el cuerpo físico y en su extenso e intrincado sistema nervioso, es la verdadera forma original de su manifestación externa y tangible.

También es el medio a través del cual fluyen las energías vitales y que nos une a todo lo que existe. Según el esoterismo, todos los cuerpos celestes tienen un cuerpo eterizo. En consecuencia, estamos tratando con el cuerpo etérico de nuestro planeta, con el cuerpo etérico del sistema solar, con el de otros sistemas solares emparentados con el nuestro (familias de estrellas) y, en definitiva, con el gigantesco cuerpo etérico del universo en el que vivimos.

Esta inmensa zona, que abarca una multitud de campos mucho mas pequeños, es el medio por el que se transmiten todas las energías que actúan en nuestro sistema solar, en nuestras esferas planetarias y en todas las formas de vida de estas esferas. La única forma de entrever la magnitud de esta gran unidad es mediante la experimentación interior.

En realidad, los seres humanos vivimos inmersos en este gran campo de energías cósmicas y podemos establecer contacto con el a través de la meditación.

El principal método que esta a disposición del ser humano moderno para acercarse a las dimensiones espirituales es la meditación. La persona espiritualmente orientada intenta expandir su pensamiento y su percepción para participar en una conciencia cada vez mayor. Cuando alcanzamos un profundo estado de meditación, los limites se disuelven, nos sumergimos en un espacio de conciencia superior y sentimos que formamos parte de la grandeza y la plenitud de una vida que lo todo lo abarca, tanto en nuestro interior como a nuestro alrededor. Al experimentar esta sensación de unidad con todo lo que existe, nos sentimos responsables de todo lo que ocurre en la Tierra. 

Sabemos que el mantenimiento del orden subyacente a la vida y la consecución de los esotéricos sostienen que después de la tercera iniciación se tiene conocimiento del Plan, es decir, se establece contacto con la voluntad del Logos Planetario.

El Plan es el propósito y la energía subyacente a todo el proceso de manifestación, y la actividad de las leyes perpetuas de la evolución que, no solo existen en nuestro tiempo y espacio, sino que permanecen en vigor a lo largo de un ciclo mucho mayor y que están en sintonía con la meta final de la evolución.

Otra forma de referirse a estas leyes superiores es utilizar expresiones como: la voluntad de Dios, las regularidades de la naturaleza o de la evolución, o las energías motivadoras e impulsoras que irradian de nuestro Logos Planetario y fluyen hacia nuestra vida terrestre a través de los signos del zodiaco y de los planetas.

En estos procesos de toma de conciencia, el pequeño yo personal es cada vez menos importante. En estos procesos de toma de conciencia, el pequeño yo personal es cada vez menos importante. Vamos mas allá del estrecho espacio de nuestras personalidades y pasamos a formar parte consciente de la vida del cosmos. Nos damos cuenta de que estamos unidos de forma permanente a toda la vida de nuestro planeta y a todo el universo. Esta sensación de unidad hace que se desvanezca todo lo que atormenta o preocupa a nuestro yo personal.

El zodiaco representa un sistema de referencia cósmico que nos pone en contacto con las diferentes cualidades psíquicas y espirituales de cada uno de los signos. Las meditaciones zodiacales son un intento de entrar en contacto con esa inagotable fuente de energía cósmica a disposición de la humanidad que es el zodiaco. De hecho cada persona tiene las doce cualidades básicas en su horóscopo y de forma especial durante los días de luna llena, esas cualidades cósmicas afluyen a la Tierra y a la humanidad, y es posible sintonizar con ellas. Esta afluencia de cualidades zodiacales produce es un estimulo para toda la vida de nuestro planeta.

Según Alice A. Bailey, las meditaciones de luna llena tendrían un papel destacado en la nueva religión mundial. En los días de luna llena se llevaran a cabo actos solemnes con ceremonias de modo que “habrá tres grandes festividades que se celebraran en meses consecutivos”:

“Permitanme indicar las posibilidades que ofrecen tales acontecimientos espirituales y profetizar la naturaleza de las futuras festividades mundiales. Habrá tres festividades principales cada ano, concentradas en tres meses consecutivos, que conducirán, por lo tanto, a un prolongado esfuerzo espiritual anual, afectando el resto del año.

”La Exteriorización de la Jerarquía” de Alice A. Bailey, p.350-351

Estas festividades son la Festividad de Pascua en abril, la Festividad de Wesak en mayo y la Festividad de Buena Voluntad en junio, las tres son parte del Acercamiento espiritual de la humanidad. Se aproxima el momento en que las tres festividades se celebraran simultáneamente en todo el mundo, gracias a lo cual se lograra una gran unidad espiritual; los efectos de este gran Acercamiento  se estabilizaran por la invocación unida de toda la humanidad en el planeta. Los restantes nueves plenilunios constituirán festividades menores y serán consideradas de vital importancia, porque establecerán los atributos divinos en la conciencia del hombre, en la misma forma que las festividades mayores establecen los tres aspectos divinos.

Estos aspectos y cualidades se llegaran a establecer y determinar por un concienzudo estudio de la naturaleza de cierta constelación o constelaciones, que ejercen influencia durante esos meses. 

La ciencia de la meditación

Para participar en estas transmisiones de energía hay que aprender a meditar y practicar de forma individual y en grupo. Para hacerlo pueden emplearse distintas técnicas. Una de ellas es la meditación reflexiva en la que, como su nombre indica, se reflexiona sobre un pensamiento. Otra es la meditación receptiva, en la que hay que abrirse interiormente y permanecer en estado receptivo. Y otra es la meditación creativa, en la que conscientemente se crean formas mentales con un propósito determinado. En las meditaciones sobre el zodiaco empleamos las tres técnicas.

Podemos abrirnos conscientemente a estas energías construyendo un canal en el plano mental, emocional y etérico que proporcione acceso directo al significado espiritual de las cualidades de los signos. En grupo, las fuerzas de aspiración de cada individuo se intensifican, el canal se ensancha y se abre mas, y se puede establecer el contacto más fácilmente. Si en la meditación se alcanza el punto adecuado de alineamiento, concentración e identificación, las energías se reciben con suma facilidad. El grupo forma un depósito simbólico, a la que afluyen las cualidades individuales de los signos y, desde ahí se transmiten a toda la humanidad.

Esta representación simbólica, que se adapta a las cualidades particulares de cada signo, representa una parte importante de la fase creativa de la meditación.

En este proceso creativo, debe recordarse que la corriente de energía solo fluye si permanece en movimiento, es decir, si a través del grupo se dirige hacia el entorno, hacia nuestros semejantes y hacia toda la humanidad. Este proceso esta sujeto a la ley de la invocación y la evocación. La fuerza mental unida, la aspiración espiritual y la invocación en común de principios espirituales ponen las energías en movimiento.

La invocación casi siempre desencadena una respuesta, es decir, un flujo de energía descendente o una evocación. Pretender recibir estas energías y cualidades para uno mismo seria un error. Esto solo conseguiría estancar la corriente de energía y caer victima de las leyes de la rigidez, la cristalización y la decadencia que en última instancia conllevan destrucción.

Por eso, al final de la meditación, el grupo siempre se dirige hacia la humanidad y le transmite las energías que ha recibido.

La fuerza vital que subyace en toda manifestación es energía. Mediante la meditación, el ser humano puede percibir y reaccionar a esas energías. Un pensamiento o una imagen surgidos durante la meditación son medios para contactar con esos importantes aspectos dela fuerza vital que llamamos luz, amor y vida.

Al revestir correctamente nuestros pensamientos, los sacamos del mundo de las ideas y los dirigimos hacia actividad espiritual, consiguiendo un efecto transformador en las formas vivas.

En la meditación sobre el zodiaco debemos aspirar siempre a este proceso creativo;  intentamos penetrar de forma cada vez mas profunda en las cualidades de los distintos signos para obtener una mayor comprensión de los mismos, en especial de sus interconexiones psíquicas y espirituales.

Extraído del libro “ Los signos del Zodiaco. Reflexiones y Meditaciones de Louise Huber.

Editorial API Ediciones España, S.L. ISBN 84-932790-0-5

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