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Los Rayos Cósmicos

Festival de Wesak: Tauro 

Punto Culminante del año Espiritual 

Al mirar hacia atrás a lo largo de los milenios de experiencia humana, podemos discernir las tendencias en desarrollo de la aspiración y el pensamiento humanos: los movimientos artísticos, las concepciones filosóficas, los avances científicos que adornan la historia humana. Todos expresan el éxito evolutivo de individuos y grupos de la familia humana, todos ellos faros simbólicos de luz que han iluminado la condición humana y señalado el camino hacia adelante para todos nosotros.

Wesak se celebra ampliamente en todo Oriente como el Festival de Buda. La sabiduría eterna considera que es el punto culminante del año espiritual, cuando las fuerzas de la iluminación fluyen desde los mundos superiores a la mente de la humanidad. Y el mensaje de Buda nunca ha sido más importante que ahora, en nuestros tiempos de agitación política, ideologías en conflicto, extremismo religioso y la aparente quiebra de la confianza internacional y la relación cooperativa.

De vez en cuando surgen seres extraordinarios del reino humano, cuya luz eclipsa todo lo que ha tenido lugar antes. Su influencia abarca miles de años y llega a tener un alcance global. Uno de ellos fue Buda. Surgió hace dos milenios y medio en una sociedad caracterizada por la agitación social y la ardiente búsqueda de la verdad espiritual. Destiló sus experiencias de vida en las Cuatro Nobles Verdades y la revelación del Sendero del Medio hacia la Verdad y el estado búdico. Este Noble Óctuple Sendero de las rectas relaciones puede llevar al cese del sufrimiento, no solo para la humanidad, sino en última instancia para nuestro planeta y todas las vidas en él.

Por lo tanto, la celebración mundial del Festival de Wesak nos brinda a todos una maravillosa oportunidad para revivificar el mensaje de su vida dentro de la conciencia de toda la familia humana. También nos brinda la oportunidad de reconocer y afirmar que la expresión de la bondad y empatía humanas nunca ha sido tan abundante como ahora.

En nuestra vida diaria podemos construir sobre esta realidad mientras nos unimos a todos los que sirven infundiendo en la mente de la humanidad los pensamientos que nuestras almas crean. No lo hacemos por deber, sino por el manantial desbordante de compasión dentro de cada uno de nosotros.