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Enseñanzas sobre la Meditación

(..). En mi última serie de instrucciones, di una meditación grupal para acrecentar el trabajo del nuevo grupo de servidores del mundo, a medida que éste trataba de preparar a la humanidad para la reaparición de Cristo. Tal trabajo preparatorio es el mayor incentivo que subyace en todo lo que hago y fue la razón principal para la formación del grupo a principios de este siglo. Precursores de este grupo aparecieron en el siglo diecinueve, pero la organización tal como existe ahora, es relativamente moderna.

En esta instrucción consideraremos la relación de la meditación grupal con el trabajo del nuevo grupo de servidores del mundo y la necesidad de establecer un grupo mundial unido, dedicado a la meditación unánime y simultánea, sobre el trabajo de preparar al mundo para el nuevo orden y la jurisdicción de Cristo, si puedo emplear tal frase.

     Es necesario que todos obtengan una más amplia visión de la empresa que este grupo ha emprendido, de lo contrario el trabajo de meditación obstaculizará y no ayudará. La tarea del grupo de servidores del mundo no es difundir información esotérica u ocultista. Al preparar al mundo de los hombres para la reaparición de Cristo, deben ser satisfechas las necesidades de los numerosos estratos del orden social; debe entrarse en contacto con grupos mundiales de todo tipo. Por lo tanto, gran parte del trabajo que debe realizarse será puramente económico y tendrá que ver con la correcta alimentación y el establecimiento de una real seguridad para los millones de seres que -durante muchas vidas- no les interesarán las cuestiones esotéricas. La reforma de las iglesias en las numerosas religiones mundiales, es otro aspecto del mismo trabajo que no requiere información ocultista, sino la introducción del sentido común y de las ideas progresistas en la teología, y el traslado del énfasis eclesiástico de los valores materiales a los espirituales. Los regímenes políticos del mundo deben orientarse entre sí; el plan divino nunca contempló que todas las naciones y razas debían conformarse a alguna ideología política uniforme o ser reducidas a una forma general de gobierno. Las naciones difieren; poseen distintas culturas y tradiciones; pueden actuar en forma adecuada bajo distintos y variados gobiernos; sin embargo y al mismo tiempo alcanzarán una unidad de propósito, basada en el genuino deseo de un verdadero bienestar y progreso de los hombres del mundo.(..)

(Fragmento). El Discipulado en la Nueva Era T. II, pág. 232

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