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La flor de Loto símbolo de la Nueva Era

El símbolo del «desarrollo» corresponde a una realidad profunda, a una ley fundamental de la vida que se manifiesta tanto en los procesos de la naturaleza como en los del alma humana.” Roberto Assagioli

En el momento en que la chispa divina ó monada se enciende, empezamos el camino de descenso, nuestro camino involutivo de descenso, hacia la materia.

Descendemos hasta el plano físico y empezamos a darnos cuenta de ello cuando empezamos a sentir primero y después a pensar.

Mientras que no tomamos conciencia en el plano físico, no empezamos el camino evolutivo de nuevo hacia la fuente.

Iniciamos este despertar y camino de ascenso, en el momento en el que, en nuesta cotidianidad diaria de nuestro quehacer en el mundo, empezamos a preguntarnos por el sentido de lo que hacemos y lo que sentimos y lo que pensamos. Es en ese momento que empezamos a caminar hacia la Mónada o Casa del Padre.

La evolución sugiere un movimiento de dentro hacia fuera y el desarrollo de un centro interno, “un desenvolvimiento de un continuo y creciente poder de responder».

Implica la idea de una creciente y gradual comprensión, de un respuesta, en desarrollo, de la vida subjetiva a su medio ambiente.

Cuando hacemos esta valoración de ascenso en conciencia, en los terminos psicológicos que estudiamos en la escuela Huber, hablamos de un ascenso que se produce cuando permitimos que la energia psicológica fluya libremente desde el subconsciente, o la octava inferior, hacia el supraconsciente, atravesando el nivel consciente.

Pero cuando hacemos esta valoración desde el aspecto esotérico, encontramos el Loto Egóico. Que nos conduce hacia arriba, al ideal de una existencia unificada, síntesis de todas las líneas de evolución. A una Vida central o fuerza que fusiona y mantiene coherentes todas las unidades en evolución, sean de materia, como el átomo físico o químico ó como las unidades de conciencia de los seres humanos.

       La denominada Naturaleza o Mente Universal es la suma total de manifestación, el conjunto de todos los estados de conciencia.

 Robero Assagioli  afirma  que podemos  beneficiarnos y utilizar cualquier función o elemento de la psique, siempre que comprendamos su naturaleza y propósito, y lo coloquemos en su justa relación con el Todo.

Por regla general se ha utilizado la imagen de la flor ya abierta como símbolo del Espíritu, y su visualización es sumamente sugestiva y evocadora. Pero todavía es mucho más eficaz y suscitadora de energías y de procesos psico-espirituales la utilización «dinámica» del símbolo, es decir, la visualización del pasaje, del desarrollo, del capullo cerrado a la flor totalmente abierta.

El símbolo del «desarrollo» corresponde a una realidad profunda, a una ley fundamental de la vida que se manifiesta tanto en los procesos de la naturaleza como en los del alma humana.

Nuestro Ser espiritual, el Sí Mismo, la parte más real y esencial de nosotros, suele estar normalmente oculto, cerrado y «enrrollado»; sobre todo por el cuerpo y sus sensaciones; también por las múltiples emociones e impulsos (miedos, deseos, atracciones y repulsiones, etc.), así como por una inquieta y tumultuosa actividad mental. Es necesario liberar o «desplegar» estas envolturas para que pueda revelarse el Centro Espiritual.

Esto sucede, tanto en la naturaleza como en el alma humana, en virtud de esa acción dinámica, tanto biológica como psicológica, que «desde el interior» impulsa y opera de forma irresistible.

Por ello, el símbolo —o, mejor dicho, el principio— del crecimiento, del desarrollo, de la evolución ha sido y sigue siendo utilizado cada vez más en la psicología y en la educación, y en él se basa tanto el concepto como la práctica de la psicosíntesis.

¿Cómo relaciona este simbolo de desarrollo individual interior, es decir, nuestro proceso individual de evolución con el desarrollo interior colectivo, el alma de la Nueva Era?

El Maestro D.K. se refiere a la flor del Loto como uno de los Símbolos de la Nueva. Habla de él cómo que «en este momento está dando forma a la base de la civilización venidera» y en una consideración más profunda, hace que nos demos cuenta de que simboliza muy acertadamente la Nueva Era.

El Loto como símbolo del alma, está representado con tres hileras de tres pétalos o corrientes de energia, haciendo nueve en total. Empezando del exterior hacia el interior:

    • Primera hilera: El nivel de Conocimiento;  Civilización · Cultura · Iluminación.
    • Segunda hilera: El nivel de Amor;  Cooperació · Amor · Amor Grupal.
    • Tercera hilera: El nivel de Sacrificio;  Participación en el Plan · Voluntad unida de todos los Discípulos  · Precipitación del Plan.

Los diversos aspectos que manifestará la Nueva Era están, representados en esta simbología de los nueve apartados del Loto, y su desenvolvimiento representa el desarrollo gradual de estas cualidades a través de la humanidad en la tierra.

 Cuando los pétalos del Loto estén lo suficientemente abiertos, la Joya brillará visiblemente: el Cristo cooperará abiertamente con la personalidad humana infundida por el Alma.

¿De que manera podemos conectar nuetro proceso individual de evolución, con el alma de la Nueva Era?

. mediante el desarrollo de la psique individual y poniendo este desarrollo al servicio de la evolución de la humanidad.

 

Referencias:

La Conciencia del Atomo de Alice Bailey.

El Ser Transpersonal de Roberto Assagioli.

La Meditación Creativa otro legado de Roberto Assagiolo.

Estudiantes de Meditació Creativa

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